Tu bebé mide 38 cm y pesa aproximadamente 1,3 kg. La capa de grasa que se encuentra bajo su piel representa aproximadamente el 3 % de su peso corporal. Tu bebé tiene mucha sed: tu bebé bebe actualmente hasta medio litro de líquido amniótico al día, que excreta en forma de orina. El líquido amniótico se repone y renueva constantemente. La médula ósea comienza a formar glóbulos rojos y se desarrollan nuevas células nerviosas en el cerebro. Tu bebé ya puede regular su propia temperatura corporal. A tu bebé le gusta dormir durante el día y es más activo por la noche. Esto puede perturbar tu sueño. Por desgracia, tendrás que vivir con el insomnio hasta el parto. Hay algo más que puede interferir con tu sueño tranquilo: las contracciones musculares. Esto puede deberse a una carencia de magnesio o de calcio, pero también a que el útero presiona los vasos sanguíneos. Ayuda a estirar las piernas y a masajear las pantorrillas. En general, la presión sobre todos los órganos, especialmente los intestinos, es cada vez más fuerte. Pero recuerda: todo esto volverá a la normalidad después del parto. Muchas mujeres embarazadas también tienen calambres en las pantorrillas. Puedes prevenirlas haciendo pequeños ejercicios de gimnasia con los dedos de los pies, bebiendo mucho líquido y evitando estar de pie durante mucho tiempo.