El feto pesa ahora más que la placenta. Aunque los oídos aún no están completamente desarrollados, tu bebé ya puede percibir los primeros sonidos y bostezar. Sigue tragando líquido amniótico con diligencia y en sus intestinos se están formando lentamente heces de color verde oscuro, meconio. La circulación sanguínea está totalmente desarrollada y el cordón umbilical es tan fuerte y grueso que satisface todas las necesidades de tu bebé. Durante esta semana, tu bebé empezará a poner sus primeras almohadillas de grasa, que son importantes para regular la temperatura corporal. Es probable que ya hayas ganado unos 5 kilos. Dependiendo de cuánto pesabas antes del embarazo, al final serán entre 10 y 15 kilos. Si haces ejercicio ahora, sudarás más rápido y más que antes. También es posible que sufras de congestión nasal más a menudo y que necesites más aire fresco. Estas son las consecuencias del aumento del volumen de sangre en tu cuerpo. Después del parto, todos estos síntomas desaparecerán. Una de cada dos mujeres desarrolla estrías. Aunque se aclaran después del parto y entonces apenas se notan, las rayas no pueden evitarse. Pero puedes intentar reducirlas un poco. Asegúrate de no ganar peso demasiado rápido. Mucho ejercicio y una alimentación sana mantienen la piel elástica. Aún se discute si las cremas y los masajes regulares pueden prevenir las estrías. Pero sin duda reducirá los picores en el vientre. Si sufres calambres de estómago, intenta dormir sobre el lado izquierdo. Esto mejorará la circulación sanguínea. Si este truco no funciona y el dolor persiste, díselo a tu médico o matrona. Aunque empiece a ser un poco incómodo, tienes que seguir llevando el cinturón de seguridad cuando conduzcas. Asegúrate de que el cinturón pasa por debajo de tu vientre en crecimiento. También hay cinturones de seguridad especiales para mujeres embarazadas.