Tu bebé está creciendo muy rápido. Sus piernas se alargan y las articulaciones de las rodillas y los codos se desarrollan más, lo que hace que tu bebé sea aún más móvil. Aunque los ojos de tu bebé todavía están cerrados, ya puede ver la luz del exterior. Si pasas una linterna sobre el vientre, es probable que tu bebé reaccione y se aleje de la luz. Puedes quedarte sin aliento más rápidamente y tu pulso puede ser elevado. Esto se debe a que tu corazón ha aumentado de tamaño y es perfectamente normal. El aumento del volumen sanguíneo y de los niveles de estrógenos también afecta a tus membranas mucosas. Puedes tener más congestión nasal o hemorragias nasales si te resfrías o tienes una reacción alérgica. Esto es perfectamente normal y no debe preocuparte. Por desgracia, el embarazo debilita tu sistema inmunitario, haciéndote más susceptible a las infecciones. El hecho de que tu vientre sea todavía muy pequeño o ya muy visible varía de una mujer a otra. No te preocupes si apenas puedes ver que estás embarazada. Con tu primer embarazo, tu vientre será visible más tarde que con los siguientes. Es posible que desarrolles nuevos antojos y preferencias. Esto se debe a que tus hormonas han cambiado. No te preocupes si no te gustan algunos de los alimentos saludables recomendados por tu médico. No hay nada que tengas que comer absolutamente. Puedes obtener los nutrientes que necesitas de otras fuentes. Y tus nuevos antojos no durarán para siempre.